Lamentablemente, existen muchos casos, en los que trabajadores desempeñan una serie de funciones que se corresponden con una categoría superior a la que realmente están contratados y perciben en nómina. Podemos citar a modo de ejemplo: jefe/a de recepción, que está contratado como recepcionista o telefonista, jefe/a de administración contratado como ayudante administrativo, camarero/as contratados como ayudante de camarero…

Una de las consecuencias de que la categoría profesional no se corresponda con las funciones realizadas radica en que el trabajador estará percibiendo menos salario del que le corresponde.

Si es tu caso, debes saber que se puede reclamar al empresario que regularice el contrato de trabajo y se adecue este y el salario percibido a las características reales del puesto de trabajo. Además, se pueden reclamar las cantidades que le hubieran correspondido si la categoría profesional fuera la que realmente se identifica con sus funciones laborales diarias desde un año atrás.

 

Yolanda García Victoria