Que la medicina no es una ciencia exacta es algo que todos hemos escuchado alguna vez, nada es matemático y todo es imprevisible, no pudiendo por tanto asegurar nunca el resultado de un tratamiento, o una intervención quirúrgica, pues existen una multitud de variables difícilmente controlables.
Dicho esto, no es menos cierto que aún asumiendo esta inexactitud, existen unas reglas, lex artis, que rigen todos los procesos médicos y que deben ser cumplidas por los profesionales con el fin de minimizar cualquier riesgo.
Por desgracia, no son pocas las ocasiones en las que ante una intervención quirúrgica, aparentemente sencilla, o un diagnóstico de una enfermedad que no parece demasiado grave se terminan desencadenando una serie de sucesos que resultan del todo impropios del tratamiento o cirugía practicada.
En estas ocasiones, la mayoría de las veces nos preguntamos si estas fatales consecuencias se podrían haber evitado y si además son achacables a una mala praxis médica por los profesionales que hayan intervenido en el proceso y por tanto susceptible de ser indemnizadas.
Para que surja este derecho, lo primero que debe ocurrir es la ocasión de un daño iatrogénico, esto es, un daño ocasionado al paciente, de manera no intencional, y que este resulte desproporcional con respecto al tratamiento o intervención a practicar. Este daño desproporcionado al paciente debe estar causado por algún factor imprevisto e inexplicable médicamente, o sencillamente por un error ya sea humano o mecánico y que se aleje de la ejecución correcta.
A la vista de los requisitos a tener en cuenta, resulta indispensable el estudio de los protocolos médicos, planes de actuación, consentimientos informados de los pacientes etc. Todos estos documentos cobran especial interés en cuanto al estudio de si posibles consecuencias derivadas del trato médico, están o no contempladas y si los profesionales han actuado conforme a la lex artis.
Por otro lado resultará igualmente indispensable el contar con un informe pericial médico que, no solo valore las posibles lesiones y/o secuelas derivadas de esta situación sino que además sea capaz de relacionar las mismas con una mala actuación por parte de los profesionales concluyendo que el daño podría haberse evitado de haberse seguido con los protocolos establecidos.
Desde VESSEL LEGAL, además de contar con un equipo jurídico especializado en este tipo de responsabilidades civiles o patrimoniales (según corresponda a profesionales privados o públicos) contamos también con una red de peritos colaboradores de la más alta cualificación capaces de dar respuesta a todos los interrogantes que surgen en este tipo de procesos.
Juan José Sánchez Callejas.
Abogado. VESSEL LEGAL.